domingo, 28 de junio de 2009

PINCHAZOS Y CARICIAS

Esto es de mi colga el Gorkita, que lo publica en su blog y me ha dado permiso para pillarlo.

Gracias Fenómeno¡¡¡¡¡

www.nadandoenunmardemierda.blgtspot.com



PINCHAZOS Y CARICIAS
Le faltaba el aire en los pulmones de cemento
en el ladrillo reluciente por el aire envenenado.

Pero peor es lo otro,
la sensación inquietante de calma
que sienten los urbanitas
cuando les atan a un arbol.

Se ahogaba
en los besos que se dan los ciudadanos,
en los saludos de los vecinos
que llevan pescado con olor a rosas.


Pero más aprieta,
el silvido de los pastores,
o las batallitas que cuentan las abuelos
mientras fingen mirar los coches pasar.

Le dolia el pecho,
los extintores que apagan el humo,
las malas posturas
y las espaldas enclenques.

Pero más le jode, los puñales de plastico,
la careta sin la goma
o sonreir por la mañana...

Decepcionados


Es que el mundo no funciona, el ciudadano no se siente feliz, la democracia no satisface lo necesario, la política se observa como una oportunidad de promoción individual y el consumo no es sino una cadena de reposición en la que todo envejece muy rápidamente y debe ser sustituido.


Sí Noelle Luhman nos habló de la espiral del silencio, Gille Lipovetsky nos habla en este libro de la espiral de la decepcción. Hemos creado, sobre la base de la satisfacción, sistemas que no satisfacen y dejamos que se perpetúen mientras cada día morimos un poquito más. Un libro para leer con lápiz a mano; imposible no tomar notas.
Es de Anagrama y está en la Colección Argumentos.

CAZADOR HUSTON, CORAZON VIERTEL


Esta película trata del rodaje de otra película: La reina de África. El escritor y guionista Peter Viertel que colaboró en la realización, relató en una novela las tormentosas jornadas que pasaron en África intentando rodar el film mientras Huston se desvivía por matar un elefante, desatendiendo el rodaje. La película está dirigida y protagonizada por Clint Eastwood y es de la Warner. Interesante, sobre todo por poder ver una parte de la historia del cine y un poquito de la vida de Viertel.

HOMO-LOGOS


Todos recordamos aquellos tiempos en que determinados logos podían diferenciarnos del resto de los mortales e incluso posicionarnos por encima de ellos. Las grandes marcas empezaban a apoderarse de nuestras vidas y su consumo tenía un significado y un significante. La marca ofrecía mucha información sobre nosotros mismos, sobre nuestros gustos, aficiones, capacidad económica y de elección. Eran los tiempos en que uno sabía como le iban las cosas al vecino en función de las marcas que gastaba. Hacíamos estadística inferencial a partir de los símbolos que cada uno luciera en sus zapatos, en los capos de los coches o en las pecheras de camisetas y camisas, como si de escudos heráldicos se tratara. Pronto descubrimos que aquello de las marcas era cosa alcanzable, simplemente se trataba de pagar un poco más. Para lo que pretendíamos conseguir con ellas, el precio era cosa baladí. Llevar una marca le hacía a uno distinto. Qué más puede querer un miembro de la sociedad del hiperconsumo.

El mercado fue evolucionando a base de tirar del brazo del consumo y un buen día descubrimos que todos éramos capaces de llevar marcas y de lucirlas con boyantía. El mercado también se dio cuenta de ello y en consecuencia todo empezó a convertirse en marca. Marcas que iban mucho más allá de lo que estábamos acostumbrados a ver; el logo se hizo marca. La hoz y el martillo, la bandera americana, James Dean y Marilyn, marcas de ciudades y de algunos pueblos, del signo de la paz, de la imagen de Lenin, la foto del Che o el libro de Orwell. En fin, marca de casi todo. Las clases habían accedido al dinero y sucumbido al consumo y ahora querían comprarlo todo, recuperar el tiempo perdido, sólo que de una manera muy diferente a la propuesta por Proust, que también se había hecho marca. El mercado, desde luego, no se lo iba a negar: ellos tenían derecho a ser felices siempre y cuando lo fueran dentro de la lógica del consumo: comprando todo aquello que se éste les ofreciera.
A día de hoy sabemos que una persona occidental vive expuesta a más de 2000 impactos publicitarios diarios. La invasión de los logos ha sido tan grande que los ciudadanos del primer mundo hemos creado un sistema sicológico inconsciente que nos protege de sus mensajes persuasivos. Sin embargo no nos hemos olvidado de las marcas sino que las hemos interiorizado de tal manera que nosotros mismos aspiramos a convertirnos en marca. El proceso consumista ha llevado al occidental a adorar el producto como elemento perfecto, admirado y deseado y en consecuencia ha buscado transformase en él, hacerse objeto de consumo y de deseo. Para eso ha adoptado las estrategias propias de las marcas intentando rodearse de un aura de emoción y sensación que le diferencien de los demás; hacer una marca exclusiva. Pero en ese afán de exclusividad, el occidental no ha sabido hacerse producto sin recurrir a los logos marquistas. El resultado ha sido la homogenización del hombre producto en una circunstancia en la que todos aparentamos ser iguales pero en la que todos nos sabemos semejantes. Simplemente, no hemos sabido buscar en nuestro interior aquellos aspectos diferenciadores y al no encontrarlos los hemos suplido por elementos externos. En consecuencia, seguimos siendo dianas para la publicidad y pasto de las marcas, que se perpetúan.



Para la revista Stylo
Foto: Getty Images

lunes, 8 de junio de 2009

El Dietario Voluble del Sr. Pasavento



Este libro de Vila-Matas está compuesto por notas del cuadernos personal del autor, que más tarde pasaron a una columna de El País en la edición de Cataluña, en su revista dominical. Sorprende porque podemos encontrar toda una filosofía y sociología de la novela. Este dietario trata casi únicamente de literatura. Leerlo es desfilar por el atlas de la literatura mundial, de la actual y la pasada. Se echan de menos libros de este estilo. Quizás sea que no todos los autores están preparados para ello. Hoy hay tanta literatura de firma partidista y partidaria... tanto escritor de grupo de comunicación, tanto literato publicitado, tantos intereses creados... Llega a sorprender encontrarse un libro como éste, simplemente porque demuestra que su autor vive en el mundo de las letras, los otros mundos, aunque le tocan, le resbalan. Es la República Independiente de la Literatura

SONIDO MANCHESTER


24 Hour Party People, de Winterbottom empieza con los Pistols y termina con los Hapy Mondays, ahí es nada. Por el camino están Joy Division y New Order. Su carátula reza: "Sexo, Drogas y Carcajadas". Y musicote, mucho musicote. Y cine bien hecho. Somo lo que oímos y lo que soñamos ¿Y quién no soñó a los PiStOls, los Clash o los New Order? Hasta el mismísimo Iggy, hecho un chavalín aparece por ahí

EN LA RIQUEZA Y EN LA POBREZA


El tema de las bodas siempre ha estado muy relacionado con el de las escapadas y el salir a ver mundo. Si antiguamente los hombres salían de casa para ir al cuartel, las mujeres lo hacían al casarse. La milicia era un paso necesario para poder dar el siguiente: matrimonio. Entonces ellas lograban salir del hogar familiar bien para crear el suyo propio, bien para acoplarse en el de la suegra, que era similar a hacer la mili. Una vez desposados, los que podían, se daban el placer de un viajecito. Nada de excentricidades como cruzar el charco o visitar los Mares del Sur. Se optaba por los destinos de cercanía, Madrid, Barcelona y otras ciudades cercanas. Por otro lado, las escapadas conjuntas no podían realizarse sin el consabido libro de familia, con lo que el casamiento era requisito imprescindible para dormir la pareja fuera de casa. La institución del matrimonio, por tanto, regulaba las relaciones sexuales.

Hoy, en tiempos del amor libre y de las opciones sexuales, las bodas se encuentran en auge. La gente se casa porque comparte y porque quiere celebrar amores que unas veces terminan bien y otras no tanto. Atrás ha quedado el control del sexo. La boda tiene, además, ese componente del momento único, del día especial, hecho a la medida, en el que los conyugues son los protagonistas indiscutibles; el placer supremo. Hay grandes dosis de hedonismo en ellas: vestidos, flores, peinados, viandas, viaje y en general un montón de cosas efímeras y secundarias que a penas si perduran en las fotografías o en el reportaje de video. Lo que se desea duradero, el amor, es intangible y abstracto: alguien dijo las cosas más importantes de la vida son las que no se ven. No obstante, la finalidad, en última estancia, parece estar en la regulación de todo por lo que pueda pasar.

El placer supremo e individual que representa la boda es extensible a antes y después del evento. Primero con las conocidas despedidas de soltero/a, auténticas escapadas. Más tarde, una vez convidados familiares y amigos, con una escapada a lo grande. Madrid o Barcelona ya no llaman la atención sino de aquellos novios que llegan de ultramar, aquellos que viven donde nosotros queremos ir. Y es que en el caso de las celebraciones institucionalizadas todo ha subido un grado. Los bautizos son hoy como antes eran las comuniones, éstas emulan a las bodas (las hay hasta con lista de regalos en establecimientos especializados) que ávidas de encontrar un grado que superar buscan paralelismo con las grandes fiestas de Hollywood o con las de la corte de Sisí emperatriz. Un día es un día. No es de extrañar que la industria casamentera haya evolucionado de la manera que lo ha hecho.

La pregunta parece obvia: ¿Dónde está el techo? El techo lo marca el mercado y el deseo de cada cual. El mercado continua innovando y las bodas, por mucho que en otro tiempo parecieran anacrónicas, seguirán su curso ascendente. Su materia prima es inacabable, consustancial al ser humano. Igual que escapar, perderse, conocer nuevos lugares y vivir nuevas experiencias.



Para la revista Stylo